El concepto de salud y enfermedad
Suele suceder que en general, tenemos una actitud de rechazo por nuestras enfermedades, en un principio nos cuesta aceptar que estamos enfermos y padecemos algún desequilibrio y cuando al cabo de un tiempo ya ésta se ha hecho evidente la rechazamos. Nos cuesta asumir que hay algo que no anda bien.
Existe un condicionamiento social y cultural de negación hacia todo aquello que perturba: sufrimiento, dolor, enfermedad, más bien hay que esconderlo, como si lo válido fuera solamente la alegría, el éxito, la felicidad, la salud.
La salud y la enfermedad no son conceptos antagónicos. Podríamos decir que la enfermedad es la semilla de la salud, ya que a partir de aquella nuestro cuerpo-mente expresa algo que está en desequilibrio y con posibilidad de equilibrarse. A partir de la manifestación de la enfermedad podemos darnos cuenta que hay algo que tenemos que cambiar y es a partir del propio cambio que puede emerger la salud.
También podemos decir que la salud no es la ausencia de enfermedad; según la OMS (Organización Mundial de la Salud), aquella es un estado de vitalidad, alegría y ganas de vivir, que no implica que una persona se encuentre padeciendo algún malestar. El libro “La enfermedad como camino”, de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, Editorial Plaza y Janes, dice: “Un adulto en veinticinco años de vida, padece por término medio una enfermedad muy grave, veinte graves y unas doscientas menos graves”. Con lo cual deberíamos eliminar la idea de que es posible desterrar de nuestras vidas la enfermedad y más bien sería importante que aprendamos como manejarnos frente a ellas y llegar a comprender que toda enfermedad es una crisis beneficiosa, una oportunidad de crecimiento, de transformación, de aprendizaje. Se trata, entonces, de aprender a convivir en forma creativa con nuestros padecimientos.
Jung decía en relación a la enfermedad que ésta es la expresión que tiene nuestro ser de manifestar aquello que la mente no ha podido comprender. También podríamos decir que la enfermedad es la imposibilidad que tenemos de aceptar “lo que es”, sobre nuestra propia realidad, interna o externa.
El concepto de salud holística
La medicina tradicional toma al ser humano como piezas de automóviles, existe el especialista de riñón, el del aparato digestivo, el cardiólogo, dermatólogo, etc., etc., como si fuéramos partes aisladas que no tuvieran que ver una con otra.
Hoy a través de la física cuántica, por medio de las investigaciones de científicos como Einstein, Bohm, llegamos a comprender que todo está en todo, es decir que en el Universo todo forma parte de la misma esencia. Que no es distinta la materia esencial de la que está hecha la goma del auto estacionado en nuestra puerta de calle, que la de la uña de nuestro cuerpo. En relación al cuerpo humano, se ha llegado a comprobar que
las células que lo forman están íntimamente conectadas unas con otras con lo que si una parte de nuestro cuerpo está afectado también lo estará el resto.
Teniendo en cuenta que la palabra “individuo” proviene de “indivisible” podemos decir, también que cualquier afección en nuestro cuerpo también está en nuestra mente y viceversa por lo que podemos deducir que no somos un cuerpo y una mente sino un cuerpo-mente. Cualquier irregularidad en el hígado, por ejemplo, afectará a otra parte de nuestro cuerpo y también influirá en nuestro estado de ánimo, pensamientos y sentimientos.
Por lo tanto al hablar de salud holística hacemos alusión a la posibilidad de encararnos como una totalidad, sabiendo que más allá del órgano afectado, de la “parte” desequilibrada, lo fundamental es poder vernos como una unidad, investigar el porqué del desorden y buscar el equilibrio sin tapar o suprimir el síntoma sino buscar la raíz profunda del malestar, entendiendo que la afección que padecemos no es más que la manifestación de un desorden generalizado, en nuestro estado anímico, en la calidad de nuestra sangre, en el movimiento energético de todo nuestro ser. Por lo tanto buscar la solución “interviniendo” con un medicamento o elemento particular, que alivie el síntoma de tal o cual órgano es parcializar y no dar la suficiente profundidad al problema.
El rol de la naturaleza
En la naturaleza encontramos las fuentes de la curación: agua, aire, tierra, fuego. Si aprendemos a confiar en ella y conocer sus posibilidades curativas entregándonos conscientemente y con conocimiento a sus ciclos de autorregulación, ninguna enfermedad puede ser “incurable”.
Hipócrates el padre de la medicina dijo: “Natura morborum medicatrix” (la naturaleza cura las enfermedades). El y tantos otros médicos que han sabido curar a través de lo que la naturaleza ofrece, enseñaban a sus pacientes el arte de la prevención y la autocuración. Antiguamente a los médicos se les pagaba cuando los enfermos estaban sanos, porque de esta manera significaba que habían hecho bien su trabajo de enseñar.
La enfermedad nos muestra que hay un rumbo que debe ser modificado. El reposo, el saber “parar”, una alimentación adecuada, ejercicios respiratorios, automasajes, el uso de hierbas medicinales, ejercicio físico adecuado son fundamentales, el uso del agua, de la tierra en forma de fango o arcilla, generan la tierra propicia que permite la sensibilidad y fortaleza necesaria para tener la suficiente energía, para que a través de la meditación como forma de conocimiento propio, podamos darnos cuenta qué es lo que hay que cambiar.
Sobre el uso de medicamentos
Cuando para resolver una enfermedad tomamos medicamentos debilitamos nuestro organismo físico y psíquico. Al recurrir a la pastilla no damos la posibilidad a que se genere ningún cambio, es probable que el síntoma desaparezca, pero “todo” en nosotros sigue igual, no dimos la oportunidad que se descargue aquello que necesitaba descargarse, por lo tanto al suprimir la descarga, en cualquier otro momento ésta va a querer producir su proceso de otra forma, buscando salir por otro lado, generando de esta manera una sobrecarga generalizada que luego se transforma en las conocidas enfermedades de acumulación: cáncer, diabetes, problemas circulatorios severos, etc. Además de las contraindicaciones que los medicamentos tienen, al consumirlos, no se contribuye a investigar, a entender el porqué del malestar, se destierra el dolor, el síntoma y todo sigue igual, la calidad de la sangre continúa de la misma manera y a veces hasta se empeora ya que el medicamento, por su misma química aumenta la acidificación de la sangre, generando nuevos problemas. Tenemos una mentalidad intervencionista, frente al primer malestar, buscamos la forma de erradicarlo a cualquier precio, incluso extirpar aquello que molesta. De esta forma se maneja la medicina y en verdad es una actitud de nuestra civilización, todo es “descartable”, el apéndice, las amígdalas, el útero, etc., etc.
Cada intervención quirúrgica genera un tremendo desgaste energético, luego el organismo para poder volver a su normalidad y recuperar la energía perdida necesita años de recuperación. Si bien es cierto que existen situaciones puntuales en que muchas veces no hay alternativas más que la operación, en general los médicos tienen la actitud de sacar, sin proponer ninguna alternativa de curación natural, buscando la forma de “transformar” y no de “eliminar”.
La mayoría de los medicamentos tienen fuertes efectos secundarios: En el libro “Confesiones de un médico herético” del Dr. Robert S. Mendelsohn, Publicaciones Gea, se hace mención, por ej. al uso de antibióticos en niños diciendo que: “La terramicina y cualquier otro antibiótico es ineficaz para tratar condiciones respiratorias en bebés prematuros y además dejan a miles de niños con dientes amarillentos verdosos y que la tetraciclina se deposita en los huesos”. Sabemos además que los antibióticos destruyen las defensas naturales del organismo destruyendo la flora intestinal, a tal punto que cada vez más los virus resultan resistentes a éstos.
También hace mención a que “las radiaciones supuestamente inocuas en amígdalas, ganglios linfáticos y timo generaron luego de algunos años tumores tiróidicos”. Y así como estos da tantos otros ejemplos más de cómo tanto los medicamentos como los elementos utilizados por la Ciencia Médica generan problemas secundarios gravísimos en la gente.
Lo que nos hace recurrir a la solución rápida y fácil es el temor, nos han inculcado desde chicos que una uña infectada puede seguir en un brazo infectado y que esto puede significar la extirpación del brazo!!! También nos han dicho que por las dudas cuando nos sacamos la muela tomemos el consabido antibiótico, que si estamos con menopausia tomemos hormonas, que si la presión es un poco alta el antihipertensivo, que si el colesterol es alto, la pastilla que lo baja, si tenemos poco yodo la Levotiroxina. Carecemos de la capacidad de observar nuestro cuerpo, investigar y buscar en la naturaleza la solución.
Hay una cultura de dependencia a la autoridad, decimos “el médico me dijo” y aceptamos sin ningún tipo de cuestionamiento, le transferimos a otro la preocupación por nuestros males, llámense médicos o psicólogos, preferimos pagar a hacernos cargo.
Confiamos en los análisis clínicos como si ellos dieran la pauta exacta de lo que nos está ocurriendo, sin darnos cuenta qué nos pasa, sin percibir lo que sentimos. Cualquier persona que se investiga un poco y que diariamente se pregunta ¿cómo estoy, cómo me siento? sabe cómo está su energía y toma en sus manos el proceso de curación ayudado por algún profesional que ayude a resolver de forma no violenta, respetando profundamente la naturaleza propia de cada persona y enseñándole a resolver.
Los análisis clínicos son cifras que se basan en estadísticas tomadas a cientos de personas de las cuales quedan afuera otros cientos que no responden a esos números y que no padecen la supuesta enfermedad. Por ej., se determina que una persona para no ser anémica tiene que tener entre cuatro millones y cuatro y medio de glóbulos rojos, con lo cual si la cifra es menor que eso se le administra hierro como medicamento para subirla. Luego, puede ocurrir que esa misma persona comienza a tener disfunción hepática, ya que el hígado se sobrecarga con el exceso de minerales, muchas veces eso conlleva a que le suba la presión, para lo cual el médico le asigna un antihipertensivo, con lo cual la presión le baja, pero al mismo tiempo comienza a sentirse deprimida para lo cual el médico le receta un antidepresivo.
Hay personas que con 3 millones ochocientos de glóbulos rojos y que funcionan perfectamente y querer subir esa cifra implica generar otros problemas. Damos demasiada importancia a las cifras y no ponemos la atención en lo esencial.
En el libro “Confesiones de un médico herético” se hace alusión a las lecturas erradas de electroencefalogramas, electrocardiogramas, uso de estetoscopios, y errores en los test de laboratorios y dice que en general se obtienen resultados erróneos en más de la cuarta parte de todos estos tests. Hay una adicción tanto en los médicos y en cada uno de nosotros a las informaciones cuantitativas y los médicos no dan ningún valor a la calidad de vida y a enseñar cómo vivir, prevenir y curar nuestros males.
Hoy la mayoría de las mujeres toman Levotiroxina, porque supuestamente su índice de T3 y T4 está mal y este análisis se les manda a hacer porque la persona tiene algunos kilos de más o porque tiene insomnio o porque está fatigada a las 5 de la tarde luego de un día entero de trabajo. A pesar de la Levotiroxina, no baja de peso ni elimina la fatiga ni levanta su ánimo porque a su vez este medicamento carga su función hepática y no permite una buena desintoxicación del organismo.
Según el Dr. Mendelsohn los antihipertensivos generan impotencia y depresión, cosa factible ya que para bajar tanta presión acumulada es necesario “bajar” de alguna u otra manera a la persona.
Los antidepresivos generan problemas diversos. Hace poco leímos en una revista “Integral” editada en España, que el laboratorio “Smith Kline Beechman” había inventado una enfermedad, un oscuro “síndrome de la ansiedad social”, para vender un antidepresivo que no podía competir con las estrellas de ese mercado: “Prozac y Zoloft”, de laboratorios rivales. En poco tiempo gracias al trabajo de una agencia de relaciones públicas, la radio, la televisión, internet, se llenaron de mensajes sobre esta supuesta enfermedad. El medicamento era “Seroxat”, los síntomas eran tan amplios que cualquier persona tenía alguno, ¿qué si tenes una mala racha y estás un poco triste? Seroxat, ¿sos tímido? Seroxat, ¿te cuesta relacionarte? Seroxat. Esto vendría a ser una especie de Rivotril que hoy tanta gente consume. ¿Tenés miedo de salir a la calle? Rivotril, ¿tenés una sensación de ahogo? Rivotril, ¿Tenés insomnio? Rivotril, ¿tenés ganas de llorar? Rivotril. Y estos medicamentos actúan adormeciendo la membrana celular del cerebro actuando como anestesiantes del sistema nervioso. Hace poco salió en el diario “Clarín” y en “La Voz del Interior” que 9 de cada 10 médicos tienen arreglos con los laboratorios medicinales, cuanto más receten de tal o cual remedio más dinero reciben de parte de ellos.
Vivimos una sociedad que impulsa a los seres humanos a anestesiarse y la sociedad está hecha por cada uno de nosotros, con lo cual podemos decir que preferimos estar anestesiados que ver las cosas tal cual son y ver nuestra propia realidad. Pareciera más fácil tomar la pastilla que hacernos cargo de nuestro propio dolor, sufrimiento, enfermedad.
Hay una cultura de dependencia a la autoridad, decimos “el médico me dijo” y aceptamos sin ningún tipo de cuestionamiento, le transferimos a otro la preocupación por nuestros males, llámense médicos o psicólogos, preferimos pagar a hacernos cargo.
En el caso de una anemia es importante ver por qué el hierro está bajo, muchas veces tiene que ver con condiciones que vienen desde la infancia, con una sensación de “creerse débil”. También las pérdidas de sangre por la menstruación, si estas son abundantes, generan anemias, para lo cual es importante ver por qué las reglas son así, lo que habla de una sobrecarga física y emocional. En ese caso es necesario realizar diariamente ejercicios que ayuden a descargar como por ej. ejercicios respiratorios, actividades creativas, movimientos en la pelvis (que ayudan a conectarse con las sensaciones), automasajes.
Eliminar los azúcares de la alimentación, los excitantes (té, café, mate), los lácteos industrializados y el exceso de farináceos, incorporando como cereales integrales el mijo y avena, especialmente, que son una fuente importante de hierro, las cebollita de verdeo, la acelga, la espinaca, achicoria, diente de león (hojas verdes) crudas y cocidas, los damascos secos, los dátiles, garbanzos, lentejas, algas marinas, la miel y en el caso de que la anemia se muy grande, jugo de carne de vaca orgánica, sólo durante una semana. Como hierbas medicinales té de diente de león con la raíz incluida y té de salvia. Todos estos alimentos son fuentes importantes de hierro.
En el caso del hipotiroidismo, se trata de una disfunción de la glándula tiroides, que está íntimamente relacionada con el aparato respiratorio, la laringe, garganta y la capacidad de expresión. También se dice que la tiroides es la posibilidad de conexión con las fuerzas del universo.
Poder equilibrar la condición a partir de hacer funcionar esa zona de nuestro organismo, utilizando la voz, ayudando a descargar a través del canto, trabajar en uno el porqué de la incapacidad de expresar los sentimientos más profundos, abrir la zona de laringe y tráquea por medio de ejercicios respiratorios, ayudarse a sacar afuera tratando de entender la incapacidad de comunicación profunda, de aquello visceral en uno, realizar mucha actividad física, una hora diaria. En cuanto a la alimentación incorporar diariamente algas marinas: Hijiki, Kombu, Wakame y ahora han aparecido en los almacenes naturales unas de Tierra del Fuego. Utilizar sal marina en lugar de sal común, incorporar cereales como la avena que es una fuente natural de yodo, lo mismo que el pan de centeno, eliminar los productos de origen animal y todo lo que contenga química ya que todos estos productos son ladrones del yodo, incorporar muchas frutas y verduras, cereales y legumbres que aportan minerales que a su vez por procesos de transmuta-
¿Cómo podemos encarar nuestras afecciones de forma natural sin medicamentos?
Toda enfermedad puede resolverse naturalmente; hemos mencionado la anemia, el hipotiroidismo, la hipertensión.
Algo que va para estos tres ejemplos y para cualquier tipo de enfermedad es antes que nada preguntarse: ¿qué es esto?, ¿porqué sucede?, y no esperar la respuesta inmediata, dejar la pregunta hecha sabiendo que en algún momento la respuesta va a aparecer.
Si buscamos la respuesta pensándola generaremos más de lo mismo, más pensamientos que en definitiva han sido parte del desequilibrio. La enfermedad tiene que ver con una baja del sistema inmunológico, con un desgaste energético, con el bloqueo de la energía vital en alguna parte de nuestro ser. Nuestras mentes mecánicas, el incesante parloteo mental, el no saber “parar” desgasta nuestra condición y nos enferma. Buscar la respuesta de nuestro mal pensando sería más de lo mismo. Se trata de poder desarrollar en uno un estado de percepción, de estar alerta, atento a todo lo que en uno sucede en forma más vivencial que analítica.
Si consideramos a la enfermedad como un problema haremos más difícil la posibilidad de recuperación, si la miramos como una oportunidad y apreciamos esta circunstancia como posibilidad de cambio, ahí mismo ya se están gestando los resortes de la curación. En definitiva, es la actitud frente al desafío la que puede transformarlo, más que ninguna otra cosa que hagamos para tratar de resolver.
Los desequilibrios físicos y psicológicos que padecemos tienen que ver también con nuestra incapacidad de conectarnos con las sensaciones, poco estamos en el “aquí y ahora” y mucho estamos en lo que fué y lo que va a venir. El pensamiento es el apoyo que buscamos cuando nos sentimos inseguros, cuando estamos desbordados por alguna circunstancia, pensamos y pensamos para ver si de esa manera encontramos la solución a nuestro problema sin darnos cuenta que de esta forma nos desgastamos y perdemos vitalidad, que justamente es lo que necesitamos para que nuestras funciones vitales “funcionen”.
Hemos desarrollado demasiado la capacidad intelectual y poco las sensaciones, necesitamos ser un poco más “bichos” conectarnos con el tacto, el oído, el gusto, la vista, olfato… esta es la manera de poder equilibrarnos, más agua, más sol, más tierra, más fuego en la vida de cada uno, más naturaleza. Incluso viviendo en una ciudad es posible encontrar la forma para que todo esto esté presente.
En el caso de una anemia es importante ver por qué el hierro está bajo, muchas veces tiene que ver con condiciones que vienen desde la infancia, con una sensación de “creerse débil”. También las pérdidas de sangre por la menstruación, si estas son abundantes, generan anemias, para lo cual es importante ver por qué las reglas son así, lo que habla de una sobrecarga física y emocional. En ese caso es necesario realizar diariamente ejercicios que ayuden a descargar como por ej. ejercicios respiratorios, actividades creativas, movimientos en la pelvis (que ayudan a conectarse con las sensaciones), automasajes.
Eliminar los azúcares de la alimentación, los excitantes (té, café, mate), los lácteos industrializados y el exceso de farináceos, incorporando como cereales integrales el mijo y avena, especialmente, que son una fuente importante de hierro, las cebollita de verdeo, la acelga, la espinaca, achicoria, diente de león (hojas verdes) crudas y cocidas, los damascos secos, los dátiles, garbanzos, lentejas, algas marinas, la miel y en el caso de que la anemia se muy grande, jugo de carne de vaca orgánica, sólo durante una semana. Como hierbas medicinales té de diente de león con la raíz incluida y té de salvia. Todos estos alimentos son fuentes importantes de hierro.
En el caso del hipotiroidismo, se trata de una disfunción de la glándula tiroides, que está íntimamente relacionada con el aparato respiratorio, la laringe, garganta y la capacidad de expresión. También se dice que la tiroides es la posibilidad de conexión con las fuerzas del universo.
En el caso de una anemia es importante ver por qué el hierro está bajo, muchas veces tiene que ver con condiciones que vienen desde la infancia, con una sensación de “creerse débil”. También las pérdidas de sangre por la menstruación, si estas son abundantes, generan anemias, para lo cual es importante ver por qué las reglas son así, lo que habla de una sobrecarga física y emocional. En ese caso es necesario realizar diariamente ejercicios que ayuden a descargar como por ej. ejercicios respiratorios, actividades creativas, movimientos en la pelvis (que ayudan a conectarse con las sensaciones), automasajes.
Eliminar los azúcares de la alimentación, los excitantes (té, café, mate), los lácteos industrializados y el exceso de farináceos, incorporando como cereales integrales el mijo y avena, especialmente, que son una fuente importante de hierro, las cebollita de verdeo, la acelga, la espinaca, achicoria, diente de león (hojas verdes) crudas y cocidas, los damascos secos, los dátiles, garbanzos, lentejas, algas marinas, la miel y en el caso de que la anemia se muy grande, jugo de carne de vaca orgánica, sólo durante una semana. Como hierbas medicinales té de diente de león con la raíz incluida y té de salvia. Todos estos alimentos son fuentes importantes de hierro.
En el caso del hipotiroidismo, se trata de una disfunción de la glándula tiroides, que está íntimamente relacionada con el aparato respiratorio, la laringe, garganta y la capacidad de expresión. También se dice que la tiroides es la posibilidad de conexión con las fuerzas del universo.
Poder equilibrar la condición a partir de hacer funcionar esa zona de nuestro organismo, utilizando la voz, ayudando a descargar a través del canto, trabajar en uno el porqué de la incapacidad de expresar los sentimientos más profundos, abrir la zona de laringe y tráquea por medio de ejercicios respiratorios, ayudarse a sacar afuera tratando de entender la incapacidad de comunicación profunda, de aquello visceral en uno, realizar mucha actividad física, una hora diaria. En cuanto a la alimentación incorporar diariamente algas marinas: Hijiki, Kombu, Wakame y ahora han aparecido en los almacenes naturales unas de Tierra del Fuego. Utilizar sal marina en lugar de sal común, incorporar cereales como la avena que es una fuente natural de yodo, lo mismo que el pan de centeno, eliminar los productos de origen animal y todo lo que contenga química ya que todos estos productos son ladrones del yodo, incorporar muchas frutas y verduras, cereales y legumbres que aportan minerales que a su vez por procesos de transmuta-
Poder equilibrar la condición a partir de hacer funcionar esa zona de nuestro organismo, utilizando la voz, ayudando a descargar a través del canto, trabajar en uno el porqué de la incapacidad de expresar los sentimientos más profundos, abrir la zona de laringe y tráquea por medio de ejercicios respiratorios, ayudarse a sacar afuera tratando de entender la incapacidad de comunicación profunda, de aquello visceral en uno, realizar mucha actividad física, una hora diaria. En cuanto a la alimentación incorporar diariamente algas marinas: Hijiki, Kombu, Wakame y ahora han aparecido en los almacenes naturales unas de Tierra del Fuego. Utilizar sal marina en lugar de sal común, incorporar cereales como la avena que es una fuente natural de yodo, lo mismo que el pan de centeno, eliminar los productos de origen animal y todo lo que contenga química ya que todos estos productos son ladrones del yodo, incorporar muchas frutas y verduras, cereales y legumbres que aportan minerales que a su vez por procesos de transmuta-
En esta oportunidad, ya que hablamos de salud y enfermedad, les enviamos dos recetas especiales de alimentos que contribuyen a mejorar nuestro estado de salud: Pan de arroz y Panqueques.
Las harinas en general, incluso siendo integrales, si se consumen en exceso, suelen generar congestiones y acumulación de mucus y ácidos grasos en el organismo. Una alternativa para consumir harinas y que no resulten excesivas y a su vez puedan darnos esa sensación de saciedad que las harinas en general nos dan, son estas dos recetas. Los panqueques, pueden rellenarse con lo que se desee, sea algo salado o dulce y pueden consumirse en el desayuno en lugar del pan. El pan de arroz tiene la ventaja que no lleva levadura y tampoco aceite. Tanto los panqueques como el pan de arroz son alimentos ideales para consumir siempre y más aún en dietas de adelgazamiento o de convalecencia.
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