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La Comida Y Su Relación Con Las Enfermedades








La enfermedad es el producto de muchos factores, entre todos ellos la alimentación es uno más, no es el más importante, pero es algo a tener muy en cuenta, por esto nos vamos a referir a ello.

El acercamiento a la Naturaleza permite la comprensión de sus ciclos de autorregulación y es posible observar a través de las plantas, flores, árboles y verduras del huerto, que al trabajar la tierra en dónde éstas crecen, al abonarla, al mineralizarla, al darle los suficientes nutrientes estas se desarrollan con fuerza, con vitalidad, con potencia.

Muchas veces encontramos flores sin pétalos, o nabos y zanahorias comidas por ciertos insectos y nos damos cuenta que, modificando la calidad de la tierra, es posible evitarlos, ya que estos no se acercan cuando la planta tiene el suficiente vigor, esta es la forma de encarar el trabajo del huerto para los agricultores orgánicos.

Con nuestro organismo sucede lo mismo; si la calidad de la sangre es buena, si tiene la suficiente fuerza y vitalidad las posibilidades de combatir las enfermedades son mayores. Si bien es cierto que para que la calidad de la sangre sea buena son necesarios una buena alimentación, una buena oxigenación y una actitud de vida positiva, a través de nuestra propia vivencia podemos entender que la salud o un estado aproximado a ésta es el producto de la conjunción de varios factores, si se come mal por mejor oxigenación que haya es imposible tener una actitud buena ante la vida y la enfermedad aparece; si se tiene una buena actitud frente a la vida seguramente se ha de comer bien y se respirará un buen aire, de manera que si se alimenta uno saludablemente, lo cual significa que hay una buena predisposición a vivir bien, seguramente se respirará bien y eso conllevará a tantas otras cosas en beneficio del propio bienestar. Queremos decir con esto que la comida, si bien no es el único, es un factor importante para una vida saludable, y que a través del buen alimento cotidiano la calidad de nuestra sangre se modifica y es posible, entonces, dejar actuar a la naturaleza con sus principios de autorregulación para poder dar las respuestas válidas a las enfermedades que nos aquejan.

El Aspecto Emocional


Ya hace prácticamente 20 años que llevamos adelante una alimentación equilibrada, natural, orgánica y no es que la enfermedad no haya estado cerca, han aparecido gripes, infecciones, deficiencias renales, hepáticas, problemas intestinales, respiratorios, parásitos, problemas en los órganos reproductores y siempre la manera de resolverlos ha sido a través de tratamientos naturales como: una alimentación adecuada a la situación, compresas, baños, aplicaciones de arcilla o fango, auto masajes, ejercicios terapéuticos, ejercicios de respiración y por sobre todo acompañando con la observación y la investigación del proceso en si, además de los miedos, ansiedades, etc., conflictos que aquejan a todos los seres humanos.

Mucho se habla de que el origen de toda enfermedad es emocional, y que las emociones enferman al cuerpo; no podríamos asegurar la veracidad de esta afirmación. Sabemos que en muchos momentos la enfermedad surgió a partir de un estado de angustia, de inseguridad y que a partir de un ajuste alimentario y la comprensión del estado psicológico fue posible resolverla, pero también podemos comprobar que por falta de información, por falta de experiencia y por desconocimiento en cuáles son las verdaderas necesidades del cuerpo uno se ha enfermado más allá del estado anímico y que con un pequeño cambio en la dieta el desequilibrio fue desapareciendo.

Diferencia Individuales


Uno cree que comer naturalmente es de por sí la garantía para evitar enfermedades, sin embargo no-pasa solamente por incorporar alimentos naturales, sino por saber equilibrarlos. Cuántas veces comer demasiada fruta o demasiadas harinas o demasiado pescado e incluso demasiado arroz integral han generado un desequilibrio. Lo que a uno le sirve no es lo mismo que lo que le sirve a otro; a otra persona le puede resultar muy bueno algo de fruta diariamente y a otra eso mismo puede serle perjudicial, a una le es necesario 2 ó 3 veces por semana comer pescado y a otra le resulta suficiente un poco cada 10 días ó nunca.

Hay personas con condiciones más pasivas, con una actitud hacia adentro, con poca energía y otras más activas, con demasiada energía, con una actitud hacia afuera; por eso para algunos comer verduras crudas como el alimento principal puede en cierto momento resultarle curativo, porque tal vez esté excedida en alimentos animales, en demasiada grasa y aceite, en cambio a una persona con escasa energía, que es, por ej. vegetariana, comer sólo verduras, cereales y legumbres pueden resultarle insuficientes y necesita incorporar alimentos grasos.

Principios De Regulación


En la medida que uno comprende los principios de equilibrio y de regulación de la naturaleza, es posible a partir de investigar e informarse, teniendo en cuenta la propia condición y cómo uno se encuentra en determinado momento, si conviene comer más o menos arroz, si aquella naranja me hará bien o empeorará por ej. el problema intestinal que tengo en ese momento o si siento el hígado cargado y la porción de pescado me será beneficiosa.

A través de nuestra propia experiencia y de la gente que ha pasado por “Las Dalias” hemos podido observar cómo el buen alimento cura, mejora, restablece y cómo también, el alimento desequilibrado quita la posibilidad de salud. Cada vez existe mayor difusión acerca de cómo por ej. las enfermedades cardíacas y circulatorias tienen parte de su origen en el excesivo consumo de grasas, a tal punto que desde el senado de los EE.UU. salieron las normas alimenticias para la población y apareció la llamada pirámide nutricional, tan difundida en las revistas más leídas, en cuya base aparecen los cereales integrales, le siguen las verduras, las frutas, las legumbres, las grasas de productos animales y por último el azúcar. Sucede que el nivel de salud de la población norteamericana ha sido tan malo que mucho se está investigando al respecto y es sabido ya casi popularmente cómo influye el alimento en enfermedades como el cáncer, el SIDA, la diabetes, las circulatorias y cardiovasculares. Uno de los países dónde más osteoporosis existe es justamente los EE.UU., paradójico pues su consumo de lácteos también es muy grande; sucede que la osteoporosis es la ausencia de calcio producto de una acidificación de la sangre que se genera a partir del exceso de grasas, del exceso de frutas, dulces, harinas, productos químicos, todos estos alimentos que se ultra consumen no solo en dicho lugar sino en casi todo el mundo. La depresión, enfermedad tan común en estos días, parece ser, entre otras cosas, generada por la falta de magnesio y otros minerales; no sólo el estrés y la frustración generan depresión y bajan la presencia de minerales en nuestro organismo, el exceso de azúcar, la comida rápida, el exceso de carne, alimentos artificiales, medicamentos, fruta y miel en cantidades, son causantes de depresión. En Europa, por ej. concretamente en Francia cada vez son mayores los problemas de esterilidad, a tal punto que muchas personas vienen a Sud América a adoptar niños, ya que las posibilidades de procreación son cada vez menores. Además del estilo de vida, se ha comprobado que el consumo de pollos que son alimentados para su engorde con hormonas, genera una baja en la producción de espermatozoides; esta circunstancia no sólo es de Francia, sino que ya está ocurriendo en diferentes países del mundo y también en la Argentina, dónde se consume en cantidades pollos de criadero engordados artificialmente.

Las alergias es otra de las enfermedades que aquejan a un número muy importante de la población mundial a tal punto que los médicos, no sólo los naturistas, recomiendan a sus pacientes prescindir de los lácteos que son, entre otros alimentos, generadores de dicha enfermedad; lo mismo ocurre con medicamentos y alimentos artificiales en general. Todos estos productos contienen sustancias que afectan directamente al hígado, desequilibrándolo y al no funcionar bien éste órgano, que es el encargado de eliminar las toxinas del cuerpo, éstas buscan salir por otros canales que no son los adecuados, produciéndose las alergias en forma de erupciones, asma, fiebre de heno, psoriasis, etc.

Enfermedades tales como el SIDA, tuberculosis, cólera, dengue, virósicas en general, que tanto afectan a la población de todos los países del mundo son generadas por una baja en el sistema inmunológico. Las condiciones de vida agitada y acelerada son un factor fundamental, la miseria también lo es, pero esta agitación en la que se vive, este apuro desmesurado hacen que las personas no tengan el tiempo y el espacio necesario para prepararse su alimento e incluso para sentarse a comerlo, de manera que en el momento de la comida aparece el sándwich, la gaseosa, los dulces, galletitas, alfajores, medialunas, en el mejor de los casos y sino debido a la pobreza, alimentos sin capacidad nutritiva y que impiden la posibilidad de fortaleza tanto física como psicológica. El té común, el café, el mate, afectan al hígado, alteran el ritmo circulatorio, afectando por lo tanto al riñón, ya que cuando el corazón no funciona bien el riñón tampoco y a su vez son generadores de enfermedades tales como la hipertensión, problemas circulatorios, hepáticos, renales y del sistema nervioso, aumentando el colesterol por el estrés generado ante la cantidad de elemento excitante (cafeína) que contienen. Lo mismo sucede con el alcohol, que afecta al sistema circulatorio, por lo tanto el corazón se debilita, el riñón se carga, lo mismo que el hígado, generando una suba de colesterol y problemas de hipertensión, entre otros.

Sabido es también que la artrosis, la artritis y el reuma tienen parte de su origen en el consumo excesivo de carnes, azúcar y alimentos acidificantes en general.

Si bien lo anterior resulta desolador, lo bueno de todo esto es que existe una manera de prevenir las enfermedades a través de encararnos holísticamente, o sea viendo todos los aspectos involucrados en nuestro cotidiano vivir.

Experiencias


En el transcurso de estos 7 años de estar aquí hemos visto pasar mucha gente con problemas severos de salud y cómo a través de una buena alimentación, ejercicios físicos, meditación, tratamientos de barro, hidroterapia, masajes, caminatas, contacto con la naturaleza, aire puro, aguas curativas; pudieron algunos ir encontrando la punta del ovillo.

En una oportunidad llegó una señora con una artrosis deformante, le costaba caminar, ya había sido operada varias veces, tenía prótesis y sus articulaciones estaban tiesas. Comenzó a hacer una dieta estricta basada en arroz integral, verduras, algunas legumbres y prácticamente nada de animal y de fruta, pudo llevarla adelante unos 20 días tiempo en el cual ya las articulaciones de los pies habían empezado a mejorar notablemente. El exceso de dulces había sido una causa, entre otras cosas, de su enfermedad y no se sentía capacitada para mantener la dieta pues no estaba dispuesta a dejar de consumirlos; fue una lástima porque había tenido un progreso notable y de haber continuado hubiera progresado aún más.

En otra oportunidad se acercó un hombre que venía desahuciado, tenía una alergia entre las piernas, cerca de los testículos de la cual hacía más de 2 años que la padecía, con la consiguiente desesperación pues era una picazón insoportable que le impedía hasta dormir de noche. Había pasado por cuanto médico dermatólogo existe y pasaba de pastillas a pomadas y así interminablemente. El hombre comía chocolate diariamente y a ningún médico se le ocurrió preguntarle que comía o siquiera sugerirle un cambio en su alimentación. A la semana de estar aquí la erupción se había secado y la picazón desaparecido; le sugerimos que dejara las harinas y comiera arroz, cebada, mijo, sopa de aduki (tanto el mijo como la sopa de aduki ayudaba a levantar el nivel de glucosa de la sangre, generando una menor necesidad de consumir dulces), verduras, legumbres, manzanas y peras cocidas algunos días. Otro ejemplo es el de un médico que llegó con un estado de abatimiento intenso, sufría de dolores de cabeza agudos y no dormía prácticamente nada durante la noche; tomaba cantidades de medicamentos, para dormir, para el dolor de cabeza, para mover el intestino, para secarlo en el caso de estar éste suelto, para acidez estomacal. En realidad era un adicto a los medicamentos; empezó la dieta y a medida que se iba sintiendo mejor fue dejando los remedios; el dolor de cabeza fue menguando, la acidez también, y ya descansaba una cuantas horas durante la noche.

Entre otros tantos ejemplos podemos citar el de una señora que vino con un exceso importante de peso, severos problemas de constipación e insomnio, un rechazo muy fuerte hacia su cuerpo, el tratamiento que se le dio fue: levantarse a primera hora de la mañana, caminar descalza por el césped mojado por el rocío y recibir los minerales y la energía de la tierra, caminar todos los días hacia la montaña (3 Km.) y ver la salida del sol para impregnarse de la melatonina necesaria para ayudarla a combatir el insomnio y darle la vitalidad necesaria, clases de yoga para flexibilizar, fortalecer los músculos y sensibilizar, trabajos cotidianos de meditación como forma de enfrentar, comprender, relacionarse con su problemática para dar lugar a la resolución de la misma, tratamientos de fango-terapia para permitir una buena descarga física y emocional, masajes, auto masajes con aceite esencial de lavanda y baños nocturnos para generar un acercamiento a las sensaciones y por ende un menor parloteo mental, una dieta basada en cereales, verduras, frutas con poco azúcar, sin harinas ni productos animales, esto último como forma de ayudar a serenar su mente y permitir que la sobre carga desaparezca. También se dio una terapia con hierbas medicinales para resolver la condición particular de la persona. Al cabo de trece días la persona se fue habiendo bajado bastantes kilos, resuelto su problema intestinal, conciliado el sueño, con fuerza y energía para continuar y habiendo hecho comprensiones importantes que le permitieron una mejor relación consigo misma.

Otro ejemplo es el de un muchacho de 36 años, que desde los 27 se había dedicado solamente a generar dinero, excluyendo los demás aspectos de la vida. Esto generó en él un enorme vacío existencial, una desvitalización muy fuerte, acompañado de sentimientos de desvalorización y desconfianza. Esto se tradujo en depresión y problemas de flojedad intestinal. Llegó con un botiquín cargado de medicamentos que al cabo de 10 días, haciendo un tratamiento integral de salud, logró eliminar. En relación a la comida se le ofreció una alimentación revitalizante, ordenada, respetando los horarios, basada en más alimentos cocidos que crudos, alimentos que fortalecieran el sistema nervioso (mijo, maíz, quínoa, té de hipéricum, polen con miel y propóleo, pocos alimentos dulces, té de Bancha, membrillo, pan de maíz y otros). Se le recomendó eliminar las carnes y consumir yogurt, ricota y huevos como alimentos derivados de animales.

Nuestra Vivencia Personal


Podríamos contar muchos ejemplos más, además de nuestra propia vivencia del día a día.

Al venir a vivir aquí, en Córdoba en este pequeño pueblo de “Las Chacras”, desde Bariloche, con una nueva actividad, un nuevo hábitat, un clima por completo diferente, tuvimos unos cuantos problemas con nuestra salud. Desde ya que el factor psicológico estaba presente porque nos sentíamos un poco desarraigados, pero lo cierto es que pasamos por enfermedades virósicas, problemas pulmonares, parásitos, disturbios hepáticos y pudimos comprobar cómo los ajustes en la alimentación pudieron transformar la enfermedad en un estado de mayor equilibrio, modificando las proporciones en la cantidad de frutas crudas y cocidas, en la manera de cocinar los cereales, la cantidad de  grasas, también el yoga, los automasajes, los ejercicios respiratorios, el encuentro con lo sensual despertado por el contacto con el agua, la tierra, el fuego, el aire, el sol, los aromas y la comprensión de los estados psicológicos.

A veces los cambios en el propio estado no son inmediatos, a veces sí, pero lo cierto es que cuando la alimentación es buena y equilibrada, y cuando uno se entrega a abordarse integralmente, en un momento se produce un cambio y algo que parecía crónico dejó de serlo. No queremos decir que uno debe padecer trastornos muy difíciles de sobrellevar y vivir con un espíritu de sacrificio, esperando que mágicamente se resuelvan, pero sí confiar en la Naturaleza, buscar en ella los resortes de la curación, investigar cuál es la manera más apropiada para cada uno de alimentarse y si se es paciente y se trabaja internamente el temor que tenemos metido adentro de tanto condicionamiento que ha hecho la medicina convencional trasmitiéndonos que si no tenemos tal número de glóbulos rojos o tal índice de calcio estamos a punto de morir, es posible la autocuración, lo cual ha de generar en uno un estado de libertad, independencia y fortalecimiento personal.

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